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5.
TRATAMIENTO |
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No existe ningún antivírico específico para tratar
la fiebre chikungunya. El tratamiento consiste principalmente en aliviar los
síntomas, entre ellos el dolor articular, con antipiréticos, analgésicos óptimos
y líquidos. No hay comercializada ninguna vacuna contra el virus chikungunya.
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6.
PREVENCIÓN Y CONTROL |
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La proximidad de las viviendas a los lugares de
cría de los mosquitos vectores es un importante factor de riesgo tanto para la
fiebre chikungunya como para otras enfermedades transmitidas por las especies en
cuestión. La prevención y el control se basan en gran medida en la reducción del
número de depósitos de agua naturales y artificiales que puedan servir de
criadero de los mosquitos. Para ello es necesario movilizar a las comunidades
afectadas. Durante los brotes se pueden aplicar insecticidas, sea por
vaporización, para matar los moquitos en vuelo, o bien sobre las superficies de
los depósitos o alrededor de éstos, donde se posan los mosquitos; también se
pueden utilizar insecticidas para tratar el agua de los depósitos a fin de matar
las larvas inmaduras.
Como protección durante los brotes se recomiendan
llevar ropa que reduzca al mínimo la exposición de la piel a los vectores.
También se pueden aplicar repelentes a la piel o a la ropa, respetando
estrictamente las instrucciones de uso del producto. Los repelentes deben
contener DEET (N, N-dietil-3-metilbenzamida), IR3535 (etiléster de ácido
3-[N-acetil-N-butil]-aminopropiónico) o icaridina (2-(2-hidroxietil)-1-metilpropiléster
de ácido 1-piperidinocarboxílico). Para quienes duerman durante el día, sobre
todo los niños pequeños, los enfermos y los ancianos, los mosquiteros tratados
con insecticidas proporcionan una buena protección. Las espirales insectífugas y
los vaporizadores de insecticidas también pueden reducir las picaduras en
ambientes interiores.
Las personas que viajen a zonas de riesgo deben
adoptar precauciones básicas, como el uso de repelentes, pantalones largos y
camisas de manga larga, o la instalación de mosquiteros en las ventanas.
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7.
BROTES |
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La enfermedad se da en África, Asia y el
subcontinente indio. En África las infecciones humanas han sido relativamente
escasas durante varios años, pero en 1999-2000 hubo un gran brote en la
República Democrática del Congo, y en 2007 hubo un brote en Gabón.
En febrero de 2005, comenzó un importante brote en
las islas del Océano Índico, con el cual se relacionaron numerosos casos
importados en Europa, sobre todo en 2006 cuando la epidemia estaba en su apogeo
en el Océano Índico. En 2006 y 2007 hubo un gran brote en la India, por el que
también se vieron afectados otros países de Asia Sudoriental. Desde 2005, la
India, Indonesia, las Maldivas, Myanmar y Tailandia han notificado más de 1,9
millones de casos. En 2007 se notificó por vez primera la transmisión de la
enfermedad en Europa, en un brote localizado en el nordeste de Italia en el que
se registraron 197 casos, confirmándose así que los brotes transmitidos por
Ae. albopictus son posibles en Europa.
En diciembre de 2013, Francia notificó dos casos
autóctonos confirmados mediante pruebas de laboratorio en la parte francesa de
la isla caribeña de St. Martin. Este fue el primer brote documentado de fiebre
chikungunya con transmisión autóctona en las Américas. Desde entonces se ha
confirmado la transmisión local en más de 43 países y territorios de la Región
de las Américas. Hasta abril de 2015 se habían registrado 1.379.788 casos
sospechosos de chikungunya en las islas del Caribe, los países de América Latina
y los Estados Unidos de América; en el mismo periodo se han atribuido 191
muertes a esta enfermedad. En Canadá, México y los Estados Unidos de América
también se han registrado casos importados.
El 21 de octubre de 2014, Francia confirmó 4 casos
adquiridos localmente en Montpellier. Desde finales de 2014 se han notificado
brotes en las islas de Pacífico. En la actualidad hay un brote en las Islas Cook
y las Islas Marshall; el número de casos ha disminuido en la Polinesia francesa,
Kiribati, Samoa y Samoa americana.
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8. MÁS INFORMACIÓN SOBRE LOS VECTORES |
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Tanto Ae. aegypti como Ae. albopictus
se han visto implicados en grandes brotes de fiebre chikungunya. Mientras que
Ae. aegypti está confinado a las zonas tropicales y subtropicales, Ae.
albopictus también está presente en regiones templadas, e incluso
templadas-frías. En los últimos decenios Ae. albopictus ha salido de Asia
y se ha establecido en algunas zonas de África, Europa y las Américas.
En comparación con Ae. aegypti la especie
Ae. albopictus prospera en una variedad más amplia de acumulaciones de agua
que le sirven de criaderos, tales como cáscaras de coco, vainas de cacao,
tocones de bambú, huecos de árboles, charcos en rocas, además de depósitos
artificiales tales como neumáticos de vehículos o platos bajo macetas.
Esta diversidad de hábitats explica la abundancia
de Ae. albopictus en zonas rurales y periurbanas y en parques urbanos
sombreados. Ae. aegypti está más estrechamente asociado a las viviendas y
tiene criaderos en espacios interiores, por ejemplo en floreros, recipientes de
agua y tanques de agua en baños, además de los mismos hábitats exteriores
artificiales que Ae. albopictus.
En África se han encontrado varios otros mosquitos
vectores de la enfermedad, entre ellos especies del grupo A. furcifer-taylori
y A. luteocephalus Hay indicios de que algunos animales diferentes de los
primates (roedores, aves y pequeños mamíferos) también pueden actuar como
reservorios.
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9.
RESPUESTA DE LA O.M.S. |
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Para luchar contra la fiebre chikungunya, la OMS:
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Formula planes basados en evidencias para
gestionar los brotes;
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Proporciona apoyo y orientación técnica a los
países para que gestionen eficazmente los casos y los brotes;
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Presta apoyo a los países para que mejoren sus
sistemas de notificación;
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Junto con algunos de sus centros colaboradores,
proporciona formación a nivel regional sobre el tratamiento, el diagnóstico
y el control de los vectores;
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Publica directrices y manuales para los Estados
Miembros sobre el tratamiento y el control de los vectores.
La OMS anima a los países a crear y mantener
capacidades que les permitan detectar y confirmar casos, atender a los pacientes
y poner en práctica estrategias de comunicación social para reducir la presencia
de los mosquitos vectores.
Información obtenida de las Notas Descriptivas de la Organización
Mundial de la Salud -
www.who.int
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