El colesterol es una sustancia grasa natural que circula
por la sangre y que resulta peligroso si se elevan sus niveles por encima de las
recomendaciones establecidas por las Sociedades Médicas, porque incrementa el
peligro de sufrir un problema cardiaco, como por ejemplo un infarto de
miocardio.
Si bien la dieta saludable, la pérdida de peso y el
ejercicio físico son factores fundamentales para controlar el colesterol, en
muchos casos es difícil reducir el colesterol al nivel que tú y tu médico
deseáis.
Quizás te sorprenda saber que el colesterol proviene de dos
fuentes principales (hígado e intestino).
La primera es tu cuerpo, donde es producido principalmente
por el hígado (fuente hepática) y otras células del organismo. Y la segunda
fuente son los alimentos que ingerimos (fuente intestinal y biliar).
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2. ¿Por qué es importante controlar
el colesterol? |
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La primera causa de muerte en España son las enfermedades
cardiovasculares como infartos de miocardio, anginas de pecho o infartos
cerebrales (también conocidos como ictus).
Está demostrado que el nivel alto de colesterol
(hipercolesterolemia) es, junto con el tabaco y la hipertensión uno de los
principales factores de riesgo de que estos infartos y otras manifestaciones
coronarias aparezcan.
Si además de tener colesterol alto, eres diabético (tipo 1 o
tipo 2), tus niveles de colesterol deseables deberán ser incluso más bajos que
en la población no diabética.
El exceso de colesterol que viaja en la sangre,
tiende a pegarse y formar placas duras y espesas (ateromas) en las paredes de
las arterias. Con el tiempo, la placa de colesterol tapona las paredes de las
arterias y reduce su diámetro en un proceso denominado aterosclerosis,
impidiendo a éstas suministrar sangre y oxígeno de forma suficiente al corazón
durante el esfuerzo físico.
Algunas placas se pueden desprender y formar
coágulos de sangre (trombos), capaces de disminuir o incluso bloquear el flujo
sanguíneo, lo que puede acarrear la muerte del músculo cardíaco (ataque al
corazón).
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3. ¿Qué puedo hacer para controlar
mi Colesterol? |
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Para controlar el colesterol, algunas personas siguen una
dieta y hacen ejercicio. En la mayoría de los casos, según diversos estudios,
cuando la dieta y el ejercicio físico no son suficientes, es necesario recurrir
a fármacos para reducir tu colesterol al nivel que tú y tu médico deseáis.
El colesterol se puede reducir con medicamentos que actúan
sobre el hígado (inhibiendo la producción hepática), o sobre el intestino
(inhibiendo la absorción intestinal):
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Las "estatinas" reducen la producción de colesterol
en el hígado. Estas son los fármacos habitualmente utilizados en primer
lugar para tratar la hipercolesterolemia.
-
Los "inhibidores de la absorción del colesterol"
bloquean la absorción de colesterol (biliar y de la dieta) en el intestino.
-
Otros medicamentos menos utilizados son las resinas y
los fibratos.
Cuando la dieta, el ejercicio y las estatinas no son
suficientes para controlar los niveles de colesterol, puede que tu médico te
aconseje un tratamiento combinado, que actúe tanto sobre la producción en el
hígado como sobre la absorción en el intestino, para reducir el colesterol.
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4.
Es importante que sigas las indicaciones de tu Médico |
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Recuerda que si tu médico te receta medicamentos no debes
dejar de tomarlos ni sustituirlos por otras medidas si no es por indicación
suya.
Aunque hayas alcanzado el nivel adecuado, si abandonas el
tratamiento, tu colesterol subirá de nuevo y volverás a estar expuesto a un
mayor riesgo de padecer un ataque al corazón.
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5.
Mitos comunes sobre el Colesterol |
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No me duele nada, me siento bien, y el colesterol no es
un problema para mí
No necesariamente. Es importante asumir un
papel activo en cuanto a la salud personal. Habla con tu médico para saber
con qué frecuencia debes controlar tu colesterol. Consulta a tu médico sobre
una dieta saludable y antes de comenzar un programa de ejercicios.
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Me alimento bien y hago ejercicio. Luego estoy haciendo
lo suficiente para reducir el colesterol
Si bien la dieta y el ejercicio ayudan a
reducir el colesterol, en muchos casos no son suficientes. Para algunas
personas, cambiar la dieta no es suficiente y necesitan, además de continuar
alimentándose de manera saludable, tomar medicamentos para reducir el
colesterol.
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No sé muy bien qué es el colesterol, pero sé que es malo
El colesterol es una sustancia similar a la
grasa que circula por la sangre y que se encuentra en las células de nuestro
organismo. Nuestro cuerpo necesita cierta cantidad de colesterol para
funcionar normalmente. No obstante, el exceso de colesterol puede acumularse
en las paredes de las arterias y esto puede reducir el flujo de sangre y
provocar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
Hay dos tipos de colesterol:
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Colesterol de las lipoproteínas de baja
densidad (LDL), también llamado "colesterol malo", porque puede
acumularse en las arterias.
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Colesterol de las lipoproteínas de alta
densidad (HDL), también llamado "colesterol bueno", porque ayuda al
organismo a eliminar el colesterol malo.
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Mi colesterol malo está en el nivel que mi médico y yo
deseamos. Por lo tanto, puedo dejar de tomar el medicamento
En realidad, no es así. El colesterol elevado
suele ser una enfermedad crónica. Los medicamentos que reducen el
colesterol, sumados a una dieta saludable y el ejercicio, ayudan a controlar
el colesterol elevado. Por eso es importante que sigan tomando el
medicamento tal como te lo indicó el médico.
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¿Qué puede pasarme si no recibo tratamiento para el
colesterol alto?
Los niveles elevados de colesterol malo pueden
aumentar tu riesgo de sufrir infartos de miocardio, anginas de pecho o
infartos cerebrales (también conocidos como ictus), especialmente si tienes
uno o más de los siguientes factores de riesgo:
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Fumar
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Diabetes
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Presión arterial alta o estar recibiendo
tratamiento para la presión arterial
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Niveles altos de colesterol "malo"
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Antecedentes familiares de cardiopatía
prematura
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Ser hombre y tener más de 45 años
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Ser mujer y tener más de 55 años
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Obesidad
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Falta de actividad física
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Niveles bajos de colesterol "bueno"
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6.
Recomendaciones saludables |
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Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir el
colesterol. En el gráfico adjunto te damos algunos consejos para llevar una
dieta más saludable:
PARA AUMENTAR LA ACTIVIDAD FÍSICA:
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Haz 30 minutos diarios de ejercicio físico (paseos,
montar en bicicleta y natación).
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Usa las escaleras en lugar del ascensor.
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Para no aburrirte, invita a tus amigos a realizar
actividades contigo.
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Consulta a tu médico antes de realizar cualquier
actividad física.
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7.
Recuerda que está en tu mano controlar tu Colesterol |
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No olvides que:
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El colesterol alto, la hipertensión y el tabaco
son los principales factores de riesgo modificables de la enfermedad
coronaria, la cual constituye la principal causa de muerte en nuestro país.
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Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a
alcanzar los niveles de colesterol recomendados (aumento de la actividad
física, dieta más saludable y pérdida de peso).
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El colesterol proviene de dos fuentes: la primera es tu
cuerpo, donde es producido por el hígado y otras células del
organismo; la segunda son los alimentos que comemos y el colesterol biliar
que se absorben en el intestino.
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El nivel de colesterol se puede reducir con
medicamentos que actúan sobre el hígado inhibiendo la formación en el o
sobre el intestino (impidiendo la absorción del colesterol). La primera
medida de tratamiento habitual consiste en utilizar medicamentos que impiden
la producción de colesterol en el hígado. Pero puede que tu médico te
aconseje un tratamiento combinado que actúe sobre ambas fuentes, cuando la
dieta, el ejercicio y los medicamentos que impiden la síntesis en el hígado
no sean suficientes.
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Es importante que sigas las indicaciones de tu
médico. Él es quien controla tu tratamiento.
Sociedades, Fundaciones Médicas y
Asociaciones de Pacientes que participan
en la Campaña Nacional para el Control del Colesterol
SEÑALES DE AVISO
DE UN ATAQUE CARDIACO |
SEÑALES DE AVISO DE UN
ICTUS
(Trombosis o Infarto Cerebral) |
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Presión torácica con sensación de
malestar y de estar lleno.
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Dolor aplastante u opresivo en el
centro del pecho durante varios minutos.
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Opresión que empieza en el centro del
pecho y se irradia a los hombros, cuello o brazos.
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Malestar torácico con sensación de
mareo, sudoración, náuseas o dificultad para respirar.
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Debilidad o falta de sensibilidad
súbita de la cara, brazo o pierna en un lado del cuerpo.
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Pérdida o debilidad repentina de la
visión, especialmente en un ojo.
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Pérdida del habla o problemas al hablar
o entender.
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Fuertes dolores de cabeza de forma
súbita sin causa aparente.
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Vértigos, pérdida de equilibrio o
caídas repentinas inexplicables, junto con cualquiera de los
síntomas mencionados.
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No todos estos signos
ocurren en cada ataque. Si se nota uno o varios de
estos signos, no debemos esperar, hay que conseguir ayuda rápidamente.
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