Dossiers Profesiones Sanitarias - DROGAS - MÁS INFORMACIÓN, MENOS RIESGOS

 

Concepto de Drogas

    

Una definición básica de las drogas sería la siguiente: todas aquellas sustancias químicas que reúnen las siguientes características:

  • Una vez en nuestro organismo, se dirigen a nuestro cerebro, cuyo ecosistema modifican de manera variable.

  • Su uso regular puede generar procesos conocidos como:

    • Tolerancia: a medida que el organismo se va adaptando a la presencia regular de la sustancia, se necesita una mayor cantidad para producir los mismos efectos.

    • Dependencia: tras un uso habitual, la persona necesita consumir la sustancia de que se trate para no experimentar síntomas de abstinencia, como veremos al hablar de la dependencia física, y/o para afrontar la vida cotidiana, como veremos en la dependencia psicológica.

  • Su abuso puede provocar diferentes tipos de trastornos:

    • Trastornos físicos, cuando dañan el organismo: por ejemplo, una bronquitis crónica causada por el tabaco.

    • Trastornos psicológicos, cuando inciden negativamente sobre la relación de la persona consigo misma o con su entorno afectivo, como ocurre en los conflictos de pareja por abuso de alcohol.

    • Trastornos sociales, cuando impactan sobre la comunidad, como ocurre con los accidentes de tráfico provocados por conductores bajo los efectos de las drogas.

Clasificación general de las Drogas

Veamos una clasificación de las diversas sustancias, atendiendo a su principal efecto sobre el cerebro humano. De acuerdo con este criterio, el árbol de las drogas está formado por tres grandes ramas:

Drogas depresoras del sistema nervioso central: tienen en común su capacidad para entorpecer el funcionamiento habitual del cerebro, provocando reacciones que pueden ir desde la desinhibición hasta el coma, en un proceso progresivo de adormecimiento cerebral. Las más importantes son:

  • Alcohol.

  • Opiáceos: heroína, morfina, metadona, etc.

  • Tranquilizantes: pastillas para calmar la ansiedad.

  • Hipnóticos: pastillas para dormir.

Drogas estimulantes del sistema nervioso central: aceleran el funcionamiento habitual del cerebro, provocando un estado de activación que puede ir desde una mayor dificultad para dormir tras el consumo de café, hasta un estado de hiperactividad tras el consumo de cocaína o anfetaminas. Destacan:

  • Estimulantes mayores: anfetaminas y cocaína.

  • Estimulantes menores: nicotina.

  • Xantinas: cafeína, teobromina, etc.

Drogas perturbadoras del sistema nervioso central: trastocan el funcionamiento del cerebro, dando lugar a distorsiones perceptivas, alucinaciones, etc.:

  • Alucinógenos: LSD, etc.

  • Derivados del cannabis: hachís, marihuana, etc.

  • Drogas de síntesis: éxtasis, etc.

    

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Vías de administración

Las drogas pueden consumirse por diversas vías, aunque ya sea una u otra la vía elegida, el destino final de la sustancia siempre es el cerebro del consumidor, al que llega a través de la sangre. Una vez en su destino, cada sustancia produce alteraciones específicas.

  • fumada: como ocurre con el hachís y el tabaco.

  • ingerida por vía oral: alcohol y drogas de síntesis.

  • aspirada: como la cocaína y el speed.

  • inhalada: como los pegamentos.

  • inyectadas: como en ocasiones la heroína.

Tipos de consumos

Para aprender a distinguir entre los diversos tipos de consumos y sus consecuencias es muy útil conocer los tres tipos básicos que existen: uso, abuso y dependencia.

USO. Es aquella relación con las drogas en la que, tanto por su cantidad, como por su frecuencia y por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, no se producen consecuencias negativas sobre el consumidor ni sobre su entorno.

ABUSO. Es aquella relación con las drogas en la que se producen consecuencias negativas para el consumidor y/o para su entorno.

DEPENDENCIA. Se prioriza el uso de una sustancia psicoactiva frente a otras conductas consideradas antes como más importantes. El consumo de drogas, que quizás empezó como una experiencia esporádica, pasa a ser un eje de la vida del sujeto. Este dedicará la mayor parte de su tiempo a pensar en el consumo de drogas, a buscarlas, a obtener dinero para comprarlas, a consumirlas, a recuperarse de sus efectos, etc. La dependencia tiene dos dimensiones:

  • Dependencia física: En ella, el organismo se ha habituado a la presencia de la droga, de manera que necesita mantener un determinado nivel en sangre para funcionar con normalidad. Cuando este nivel desciende por debajo de cierto límite aparece el síndrome de abstinencia propio de cada droga.

  • Dependencia psíquica: Compulsión por consumir la droga de que se trate, para experimentar un estado afectivo agradable (placer, euforia, sociabilidad...) o librarse de un estado desagradable (aburrimiento, timidez, estrés...).

 

 

 

 

Todas las Drogas a examen

[Alcohol]  [Tabaco]  [Cannabis]  [Cocaína]  [Drogas de síntesis]  [Anfetaminas]  [Inhalables]  [Alucinógenos]  [Psicofármacos]  [Heroína]  [Otras sustancias]

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ALCOHOL

El alcohol es la droga más consumida en España, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa (accidentes de tráfico y laborales, malos tratos, problemas de salud, alcoholismo, etc.).

Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición conductual y emocional. Aunque la gente crea que el alcohol ayuda en las relaciones sociales, en realidad, el primer efecto de euforia que se produce al consumirlo se debe a que el alcohol adormece primero la parte del cerebro que tiene que ver con el autocontrol.

Las bebidas alcohólicas se clasifican en dos grupos:

  • Bebidas fermentadas: Proceden de la fermentación de los azúcares contenidos en diferentes frutas (uvas, manzanas, etc.). Son características de este grupo la cerveza, la sidra y el vino. Su graduación alcohólica oscila entre 4º y 12º. Su descubrimiento fue casual, como resultado de la putrefacción natural de frutas almacenadas.

  • Bebidas destiladas: Resultan de la depuración de las bebidas fermentadas para obtener mayores concentraciones de alcohol. Se trata de bebidas como el vodka, la ginebra o el ron, y oscilan entre 40º y 50º. La destilación fue inventada en el siglo VII por los alquimistas árabes, de quienes procede el nombre de la sustancia, al-kohl.

La graduación de una bebida indica el volumen de alcohol etílico que contiene. Así, una botella de vino de 12º contiene un 12% de alcohol puro.

EFECTOS

Los efectos del alcohol dependen de diversos factores:

  • la edad (beber alcohol mientras el organismo todavía se encuentre madurando es especialmente nocivo).

  • el peso (afecta de modo más severo a las personas con menor masa corporal).

  • el sexo (por factores fisiológicos, la tolerancia femenina es, en general, menor que la masculina).

  • la cantidad y rapidez de la ingesta (a más alcohol en menos tiempo, mayor intoxicación).

  • la ingestión simultánea de comida (el estómago lleno, sobre todo de alimentos grasos, dificulta la intoxicación).

  • la combinación con bebidas carbónicas (tónica, coca-cola, etc.), que aceleran la intoxicación.

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos

Varían en función de la dosis ingerida:

  • Desinhibición

  • Euforia

  • Relajación

  • Aumento de la sociabilidad

  • Dificultades para hablar

  • Dificultad para asociar ideas

  • Descoordinación motora

Los efectos del alcohol dependen de la cantidad presente en la sangre (tasa de alcoholemia, medida en gramos por litro de sangre):

  • 0,5 g/l: euforia, sobrevaloración de facultades y disminución de reflejos.

  • 1 g/l: desinhibición y dificultades para hablar y coordinar movimientos.

  • 1,5 g/l: embriaguez, con pérdida del control de las facultades superiores.

  • 2 g/l: descoordinación del habla y de la marcha, y visión doble.

  • 3 g/l: estado de apatía y somnolencia.

  • 4 g/l: coma.

  • 5 g/l: muerte por parálisis de los centros respiratorio y vasomotor.


RIESGOS

Riesgos psicológicos Riesgos orgánicos

Además de una intensa dependencia psicológica, sentida como necesidad apremiante de beber, el abuso regular puede provocar:

  • Pérdida de memoria

  • Dificultades cognitivas

  • Demencia alcohólica

El abuso crónico de alcohol está relacionado con diversos problemas de salud:

  • Gastritis

  • Úlcera gastroduodenal

  • Cirrosis hepática

  • Cardiopatías

El alcohol puede generar dependencia física, con un síndrome de abstinencia caracterizado por ansiedad, temblores, insomnio, náuseas, taquicardia e hipertensión, que puede desembocar en un delirium tremens si no es tratado.

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TABACO

Se trata de una planta solanácea, la Nicotiana tabacum, de cuyas hojas se obtienen distintas labores destinadas al consumo humano (cigarrillos, cigarros puros, picadura de pipa, rapé, tabaco de mascar, etc.).

No constituyó un problema de salud pública hasta la invención, con la Revolución Industrial, de la máquina para elaborar cigarrillos. Con ella se pusieron las bases de un consumo masivo que en la actualidad es responsable de la muerte de muchos ciudadanos europeos cada año. La industria tabaquera ha mantenido ocultos hasta fechas recientes informes propios que mostraban la capacidad del tabaco para generar dependencia y numerosos problemas de salud.

La forma más extendida de consumo de tabaco es el cigarrillo, en cuyo humo se han identificado alrededor de 4.000 componentes tóxicos, de entre los cuales los más importantes son los siguientes:

  • Nicotina: sustancia estimulante del sistema nervioso central, responsable de los efectos psicoactivos de la sustancia y de la intensa dependencia física que el tabaco provoca.

  • Alquitranes: sustancias probablemente cancerígenas, como el benzopireno, que inhala el fumador y quienes, conviviendo con él en ambientes cerrados, se ven forzados a respirar el humo tóxico.

  • Irritantes: tóxicos responsables de la irritación del sistema respiratorio ocasionada por el consumo de tabaco (faringitis, tos, mucosidad, etc.).

  • Monóxido de carbono: sustancia que se adhiere a la sangre, dificultando la distribución de oxígeno por el cuerpo.

EFECTOS

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos

El tabaco es consumido en busca de efectos positivos:

  • Relajación

  • Sensación de mayor concentración

Entre los más importantes citamos:

  • Disminución de la capacidad pulmonar

  • Fatiga prematura

  • Merma de los sentidos del gusto y el olfato

  • Envejecimiento prematuro de la piel de la cara

  • Mal aliento

  • Color amarillento de dedos y dientes

  • Tos y expectoraciones, sobre todo matutinas


RIESGOS

El tabaquismo es considerado como la principal causa prevenible de enfermedad y muerte prematura. La investigación lo ha asociado con un número considerable de enfermedades, por lo que la reducción del consumo de tabaco se ha convertido en uno de los principales desafíos.

Riesgos psicológicos Riesgos orgánicos

 

  • Dependencia psicológica

  • Reacciones de ansiedad y depresión ligados a la dificultad para dejar el tabaco

De los múltiples riesgos sanitarios demostrados resaltamos:

  • Faringitis y laringitis

  • Dificultades respiratorias

  • Tos y expectoraciones

  • Disminución de la capacidad pulmonar

  • Úlcera gástrica

  • Cáncer pulmonar

  • Cáncer de boca, laringe, esófago, riñón y vejiga

  • Bronquitis y enfisema pulmonar

  • Cardiopatías: infartos de miocardio y anginas de pecho


El tabaquismo, o dependencia del tabaco, es difícil de superar aún cuando el fumador se encuentre motivado para ello. Al dejar de fumar es habitual la aparición del síndrome de abstinencia, cuyos síntomas más frecuentes son: ansiedad, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, fatiga, aumento del apetito, dificultad de concentración, etc. Este síndrome, que aparece a las pocas horas de terminar el último cigarrillo, puede durar de siete a diez días. El deseo de encender un cigarrillo puede mantenerse durante años.

 

 

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CANNABIS

El cannabis es una planta con cuya resina, hojas y flores se elaboran las sustancias psicoactivas ilegales más empleadas: hachís y marihuana.

Su consumo, como el de la mayoría de las drogas de origen botánico, ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, siendo usada con fines religiosos, medicinales y lúdicos. También se ha empleado para elaborar fibras textiles.

Con el avance del cristianismo, su uso quedó restringido a determinadas zonas de Asia y África.

En Europa fue redescubierto para uso fundamentalmente lúdico por parte de escritores y artistas como Baudelaire o Delacroix, integrantes del denominado Club des hachishiens.

Junto con los alucinógenos, los derivados del cannabis fueron las drogas elegidas por el movimiento hippy de los años sesenta y, en general, por los movimientos contraculturales y psicodélicos.

La planta es conocida en botánica como Cannabis sativa y sus efectos psicoactivos son debidos a uno de sus principios activos: el tetrahidrocannabinol, cuyas siglas son THC.

Sus derivados más consumidos actualmente son el hachís y la marihuana. En España se consume principalmente hachís, procedente en su mayoría de los cultivos del norte de Marruecos, del valle de Ketama, en la región del Rif. El hachís se elabora a partir de la resina almacenada en las flores de la planta hembra, prensada hasta formar una pasta compacta de color marrón cuyo aspecto recuerda al chocolate. Su concentración de THC es superior a la de la marihuana, por lo que su toxicidad potencial es mayor.

La marihuana se elabora a partir de la trituración de flores, hojas y tallos secos. Ambos preparados se consumen fumados en un cigarrillo liado con tabaco rubio, cuyas denominaciones más usuales son: porro, canuto, peta, joint...

EFECTOS

Al consumirse fumado, es fácilmente absorbido por los pulmones, por lo que llega al cerebro con rapidez. En pocos minutos empiezan a manifestarse sus efectos, que pueden durar entre dos y tres horas.

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos

Inevitablemente, se entremezclan reacciones buscadas por el consumidor con respuestas indeseadas. Los efectos más frecuentes son:

  • Relajación

  • Desinhibición

  • Hilaridad

  • Sensación de lentitud en el paso del tiempo

  • Somnolencia

  • Alteraciones sensoriales

  • Dificultad en el ejercicio de funciones complejas:

    • Expresarse con claridad

    • Memoria inmediata

    • Capacidad de concentración

    • Procesos de aprendizaje

Tras el consumo de cannabis pueden darse diversas reacciones orgánicas, las más frecuentes de las cuales son las siguientes:

  • Aumento del apetito

  • Sequedad de la boca

  • Ojos brillantes y enrojecidos

  • Taquicardia

  • Sudoración

  • Somnolencia

  • Descoordinación de movimientos


RIESGOS

Los riesgos asociados al consumo de derivados del cannabis se explican tanto por las peculiaridades de su principal principio activo, el THC, como por el hecho de que se consuma habitualmente fumado.

En el plano psicológico En el plano orgánico

El THC es particularmente soluble en aceite, por lo que tiende a concentrarse en los tejidos grasos del organismo, como es el caso del cerebro. Tiene una vida media de una semana, por lo que a los siete días de su consumo aún se mantiene en el cuerpo el 50% del principio activo, favoreciendo su acumulación cuando el consumo es regular. Debido a este proceso existen riesgos:

  • El consumo diario de hachís puede ralentizar el funcionamiento psicológico del usuario, entorpeciendo las funciones relacionadas con el aprendizaje, la concentración y la memoria.

  • Otro tanto cabe decir de la ejecución de tareas complejas que requieran lucidez mental y coordinación psicomotora, como pueden ser conducir un vehículo a motor, tomar decisiones o subir a un andamio.

  • Pueden darse reacciones agudas de pánico y ansiedad.

  • En personas predispuestas, puede favorecer el desencadenamiento de trastornos psiquiátricos de tipo esquizofrénico.

Los derivados del cannabis se consumen fumados, con una pauta de inhalación profunda, sin filtro, con retención pulmonar del humo y apurando el cigarrillo al máximo. Por ello, su uso habitual multiplica los riesgos asociados al consumo de tabaco, favoreciendo la aparición de los siguientes problemas:

  • Respiratorios: tos crónica y bronquitis en consumidores habituales de dosis elevadas.

  • Cardiovasculares: empeoramiento de síntomas en personas que padezcan hipertensión o insuficiencia cardiaca.

  • Frecuentemente, el hachís se consume con alcohol, con lo que los efectos se multiplican y aumenta el riesgo de lipotimias.

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COCAÍNA

La cocaína procede de un arbusto cuya denominación botánica es Erytroxilon coca. Se cultiva, fundamentalmente, en los países del altiplano andino (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú). Allí, desde hace siglos se mascan las hojas procedentes de la planta, para liberar así su principio activo y obtener sus beneficios. Las cantidades absorbidas de este modo son muy reducidas, por lo que apenas se registran consecuencias adversas asociadas a esta forma secular de consumo.

Las culturas indígenas de los países productores usaban la coca con carácter ritual y por sus propiedades energéticas, que les permitían realizar trabajos físicos de excepcional dureza sin cansarse en exceso. Las carencias alimenticias también eran resueltas gracias a que la coca quita el apetito.

Desde que se consiguió aislar su principio activo (a finales del siglo XIX), aparecieron otras formas de uso con un mayor potencial dañino. Durante los primeros años del siglo XX, el principio activo de la coca se utilizó en la elaboración de tónicos como el vino Mariani y la propia Coca-cola.

Las hojas de coca, sometidas a diversos procesos de elaboración química, dan lugar a distintos derivados:

  • Clorhidrato de cocaína: la forma principal de consumo en Europa, conocida popularmente como cocaína.

  • Sulfato de cocaína (pasta de coca, también conocida como basuko), que se fuma mezclada con tabaco o marihuana.

  • Cocaína base (crack), que se fuma mezclada con tabaco.

El consumo de las dos últimas es absolutamente minoritario en España, por lo que nos centraremos en el clorhidrato de cocaína. La cocaína se consume fundamentalmente esnifada, mediante la aspiración nasal del polvo, colocado a modo de línea o raya, a través de un billete enrollado o una cánula. Su uso es, en gran medida, recreativo. Al igual que ocurre con las anfetaminas, es utilizada con frecuencia para aguantar sin dormir las noches de los fines de semana.

EFECTOS

Durante años se dudó de la capacidad de la cocaína para provocar grandes daños entre los usuarios. De hecho, esta droga gozó de una imagen social muy positiva, ligada al éxito y a la diversión. No obstante, tras un periodo de silencio clínico, las consecuencias van apareciendo y se traducen en un aumento de las personas en tratamiento y del número de urgencias.

La cocaína es una droga psicoestimulante, consumida generalmente por inhalación (esnifado, en el argot callejero). Su fácil absorción hace que llegue rápido al cerebro, provocando unos efectos que aparecen a los pocos minutos del consumo.

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos

Son los siguientes:

  • Euforia

  • Locuacidad

  • Aumento de la sensibilidad

  • Aceleración mental

  • Hiperactividad

  • Deseo sexual aumentado

En consumidores crónicos, a medida que desaparecen estos efectos sobreviene un estado de cansancio y apatía que puede inducir a repetir el consumo.

Los más habituales son los siguientes:

  • Disminución de la fatiga

  • Reducción del sueño

  • Inhibición del apetito

  • Aumento de la presión arterial


RIESGOS

Riesgos psicológicos Riesgos orgánicos
  • El consumo crónico y abusivo de cocaína puede provocar importantes trastornos psíquicos, similares a los provocados por las anfetaminas, tales como ideas paranoides y depresión.

  • La dependencia psíquica de la cocaína es una de las más intensas provocadas por las drogas.

  • La supresión del consumo tras un período prolongado, da lugar a un fenómeno de rebote, caracterizado por somnolencia, depresión, irritabilidad, letargia, etc.

Tanto por su incidencia en el cerebro como por la vía habitual de administración (esnifada), el consumo crónico de cocaína puede causar:

  • Pérdida de apetito

  • Insomnio

  • Perforación del tabique nasal

  • Patología respiratoria: sinusitis e irritación de la mucosa nasal

  • Riesgo de infartos/hemorragias cerebrales

  • Cardiopatía isquémica

 

 

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DROGAS DE SÍNTESIS

Drogas de síntesis es el término científico para referirse a unas sustancias que, aunque existentes hace tiempo, se popularizaron en la última década del siglo XX bajo la equívoca denominación de drogas de diseño. Son sustancias producidas por síntesis química (sin componentes naturales, como ocurre con el hachís o el tabaco), fundamentalmente en laboratorios clandestinos de Holanda, Reino Unido, Polonia y la República Checa.

Generalmente se trata de compuestos anfetamínicos a los que se suele añadir algunos componentes de efectos alucinógenos. Las drogas de síntesis se comercializan en forma de pastillas o comprimidos. De ahí que hayan sido bautizadas en el argot callejero como pastis o pirulas, entre otros nombres. Sobre la superficie de estas pastillas se suelen grabar diversos dibujos que sirven como elemento de identificación. Esas imágenes suelen ser reproducciones manipuladas de marcas comerciales e iconos juveniles. Los traficantes de drogas utilizan estas imágenes plagiadas para hacer las pastillas más atractivas a los ojos de los jóvenes.

En algunos casos se trata del redescubrimiento con fines recreativos de sustancias abandonadas por la investigación farmacéutica por sus efectos secundarios. Es el caso del éxtasis, descubierto en 1912 por la industria farmacéutica Merck mientras buscaba un fármaco inhibidor del apetito y abandonado por sus efectos psicoactivos.

ÉXTASIS

Aunque son varias las sustancias englobadas en el términos drogas de síntesis, vamos a referirnos a la más usual, la conocida como éxtasis o MDMA. Junto con otras sustancias de la misma familia química (Eva, píldora del amor, etc.), el éxtasis contribuyó a popularizar la química psicoactiva, abriendo un camino por el que después se colaron otras sustancias: ketamina, GHB, etc., las cuales, a pesar del tratamiento mediático recibido, no parecen estar teniendo especial arraigo en España.

El éxtasis fue investigado en la década de los cincuenta por el ejército norteamericano a la búsqueda de un fármaco que forzara a los prisioneros a declarar. Posteriormente, en plena ebullición de los movimientos contraculturales y psicodélicos, fue objeto de experimentación por algunos psicólogos y psiquiatras norteamericanos que pensaban que esta sustancia tenía capacidad para levantar algunas de las represiones de sus pacientes.

La década de los ochenta conoce un cierto auge de ésta y otras sustancias de síntesis. Los clubes de música house de Estados Unidos (Detroit, Chicago, etc.), Australia y Europa (Reino Unido, Holanda y Alemania en un primer momento, para extenderse después a prácticamente toda la Unión Europea) son el escenario desde mediados de los ochenta del consumo de estas drogas. Con la entrada en el siglo XXI, su penetración parece haberse frenado e incluso se ve un retroceso en algunos lugares.

EFECTOS

Dan lugar a una experiencia mixta entre la estimulación y la percepción alterada, por lo que se las ha comparado con una mezcla de anfetaminas y un alucinógeno llamado mescalina. Al consumirse en forma de pastillas, su absorción en el aparato digestivo, de donde para al torrente sanguíneo, es más lenta que en el caso de otras vías de administración.

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos

Cuando comenzó a derivarse al mercado negro, se planteó comercializarla con el nombre de empathy, finalmente desechado. Esa denominación refleja cuáles son sus principales efectos:

  • Empatía

  • Sociabilidad

  • Euforia

  • Incremento de la autoestima

  • Desinhibición

  • Deseo sexual aumentado

  • Locuacidad

  • Inquietud

  • Confusión

  • Agobio

Los efectos más frecuentes de estas drogas son:

  • Taquicardia, arritmia e hipertensión

  • Sequedad de boca

  • Sudoración

  • Contracción de la mandíbula

  • Temblores

  • Deshidratación

  • Aumento de la temperatura corporal (hipertermia)


RIESGOS

Casi todas las drogas son presentadas en el momento de su comercialización como compuestos completamente inofensivos. Ha sido el caso del tabaco, cuyo impacto sobre la salud pública sólo recientemente se reconoce como evidencia; fue también el caso de las anfetaminas, usadas en otros tiempos por estudiantes o camioneros, y es también el caso del éxtasis, defendido por sus promotores como sustancia sin ningún tipo de riesgo. Sin embargo, la investigación aún incipiente ha permitido perfilar algunos riesgos:

Riesgos psicológicos Riesgos orgánicos

Los más severos son:

  • Crisis de ansiedad

  • Trastornos depresivos

  • Alteraciones psicóticas

Se asocian al contexto en que se suele consumir el éxtasis, ambientes caldeados en los que se baila intensamente:

  • Aumento severo de la temperatura corporal (hipertermia maligna)

  • Arritmia

  • Convulsiones

  • Insuficiencia renal

  • Rabdomiólisis

  • Coagulopatía

  • Hemorragias, trombosis e infartos cerebrales

  • Insuficiencia hepática


Se investiga actualmente la capacidad del éxtasis para provocar en humanos la neurotoxicidad detectada en animales de laboratorio, habiendo evidencias respecto a su impacto negativo sobre la memoria.

 

 

 

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ANFETAMINAS

Estos psicoestimulantes producidos sintéticamente en laboratorios químicos a finales del siglo XIX tuvieron distintos usos, entre los que cabe destacar su profusa utilización en los conflictos bélicos europeos para vencer el cansancio de los soldados y mejorar su rendimiento en las batallas. Se dice que los kamikazes del ejército japonés ingerían dosis elevadas de anfetaminas antes de estrellar sus aviones contra objetivos militares.

Su uso médico ha sido variado. Hoy, las anfetaminas están indicadas para el tratamiento de diversos trastornos, entre los que cabe citar:

  • Narcolepsia, o forma severa de somnolencia diurna.

  • Hiperactividad infantil, respecto a la que actúa con un efecto paradójico.

Aunque pueden presentarse de otro modo, su consumo habitual se produce en forma de pastillas o comprimidos. A menudo se añaden a la composición de las drogas de síntesis, como el éxtasis.

Hasta que en 1983 se reguló su venta en farmacias, el consumo de anfetaminas fue muy importante en España, particularmente entre los estudiantes que intentaban aguantar sin dormir las noches de estudio, camioneros que hacían largas travesías, personas que deseaban adelgazar y amas de casa a quienes sobrecargaban las tareas del hogar. En la actualidad, las anfetaminas con destino al mercado negro se producen en laboratorios químicos clandestinos.

Una de las anfetaminas más frecuente en el mercado de las drogas ilícitas es el sulfato de anfetamina, conocido en lenguaje callejero como speed (del inglés velocidad). Generalmente se presenta en forma de polvo y se consume por inhalación, como la cocaína, con la que comparte los riesgos asociados a esta vía de administración (daños sobre la mucosa nasal, etc.). El speed también puede presentarse, como el resto de las anfetaminas, en forma de comprimido.

EFECTOS

Los efectos provocados por el consumo de anfetaminas recuerdan en gran medida a los producidos por la cocaína.

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos

Entre los más frecuentes se encuentran:

  • Agitación

  • Euforia

  • Incremento de autoestima

  • Sentimientos de grandiosidad

  • Verborrea

  • Alerta y vigilancia constantes

  • Agresividad

Los efectos sobre el organismo del consumidor son, en esencia:

  • Falta de apetito

  • Taquicardia

  • Insomnio

  • Sequedad de boca

  • Sudoración

  • Incremento de la tensión arterial

  • Contracción de la mandíbula


RIESGOS

Riesgos psicológicos Riesgos orgánicos

Su consumo crónico puede dar lugar a:

  • Cuadros psicóticos similares a la esquizofrenia, con delirios persecutorios y alucinaciones

  • Depresión reactiva

  • Delirios paranoides

  • Intensa dependencia psicológica

Tras un consumo prolongado, además de un intenso agotamiento puede dar lugar a las siguientes alteraciones:

  • Hipertensión

  • Arritmia

  • Colapso circulatorio

  • Trastornos digestivos

 


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INHALABLES

En general, el consumo de inhalables (disolventes, pegamentos y propelentes) suele reducirse a grupos de población en situación de marginalidad, siendo el tipo de consumidor, generalmente, un niño/adolescente de entre 8 y 14 años.

Los inhalables son sustancias que desprenden vapores a temperatura ambiente. La lista de sustancias puede llegar a ser ilimitada, existiendo ejemplos de inhalación de cualquier sustancia susceptible de serlo. Esto añade problemas de toxicidad y de identificación y control de la sustancia.

El componente fundamental de pegamentos y disolventes es el tolueno. Los propelentes más habituales de sprays y aerosoles son los hidrocarburos alogenados. Otras sustancias inhalables, pero que no son solventes, son el óxido nitroso y los nitritos. De este modo, los productos más frecuentes consumidos incluyen, entre otros: pegamentos y colas, sprays y pinturas, y carburantes.

Normalmente se suelen utilizar estas sustancias en grupos de adolescentes del mismo sexo y suele cesar dicho consumo cuando aumenta la edad y se abandona el grupo. El producto suele meterse en una bolsa ajustando el orificio a la boca y nariz para respirar los vapores desprendidos.

RIESGOS

El consumo de estas sustancias tiene unas importantes y graves consecuencias para la salud, dada la alta toxicidad de sus componentes químicos. La intoxicación aguda es similar a la embriaguez alcohólica, habiendo una primera fase de estimulación con euforia, sociabilidad, alucinaciones y trastornos de conducta que se acompañan de lacrimeo, rinorrea e irritación de las vías respiratorias.

El policonsumo con alcohol u otras drogas es muy peligroso, pudiendo provocar una grave depresión con confusión, alteraciones en la visión, pérdida de autocontrol e incluso alteraciones del estado de conciencia, convulsiones, estupor y coma.

Desgraciadamente, puede producirse la muerte por causas cardiacas, por asfixia o por accidentes producidos bajo los efectos de la droga. Estas sustancias tienen también consecuencias crónicas, entre las cuales cabe destacar el deterioro facial y perioral, secuelas neurológicas y psiquiátricas, alteraciones en la vista, etc.

 

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ALUCINÓGENOS

Las drogas alucinógenas integran lo que hemos llamado sustancias perturbadoras del sistema nervioso central. Se trata de drogas que, al llegar al cerebro, provocan alteraciones en su funcionamiento neuroquímico que afectan particularmente a la manera de percibir la realidad, pudiendo dar lugar a trastornos sensoriales severos e incluso auténticas alteraciones.

La mayoría de las drogas de esta familia proceden de hongos cultivados en países latinoamericanos y africanos, como es el caso del Peyote mexicano, del que se extrae la mescalina; del colombiano Yagé; o de la planta procedente de Gabón conocida como Tabernenthe iboga, de la que se extrae la ibogaína. Aquí, en Europa, es clásica la utilización de la Amanita muscaria, seta alucinógena utilizada con carácter ritual.

El movimiento hippy descubre los alucinógenos al ver en ellos una vía de autoexpresión que permitiría al consumidor (corvertido así en psiconauta), de acuerdo con su filosofía mística, entrar en contacto directo con las galerías subterráneas del inconsciente al que en condiciones normales sería imposible acceder. Abandonadas estas creencias, que aún se mantienen en determinados colectivos vagamente marginales, los alucinógenos, como la mayoría de las drogas, han pasado a ser recreativas y consumidas sobre todo las noches de los fines de semana.

El alucinógeno más utilizado en Europa es la dietilamida del ácido lisérgico, LSD (conocido en el argot de la calle como ácido o tripi -del inglés trip, viaje-). En los años 60, algunos gurús de la contracultura norteamericana hicieron un importante consumo y promoción de la LSD.

La LSD fue descubierta casualmente en 1938 por Albert Hoffman, químico de la empresa Sandoz, cuando investigaba con el cornezuelo de centeno. Su ingesta accidental le sumió en un estado alucinatorio que le llevó a investigar hasta aislar el principio activo responsable de tal estado.

La LSD se consume por vía oral en diversas formas: micropuntos, hojas de papel absorbente con diversos motivos gráficos, terrones de azúcar impregnados, etc.

EFECTOS

Una de las características principales de la LSD es su potente efecto a dosis mínimas. A la media hora de su consumo, empiezan a manifestarse sus efectos, que duran alrededor de 8 horas.

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos

Podría decirse que el consumo de alucinógenos disloca el funcionamiento del cerebro humano, desapareciendo los límites entre el sujeto y la realidad. Las principales manifestaciones de este proceso son las siguientes:

  • Alteración de la percepción, incluyendo la propia autoimagen

  • Hipersensibilidad sensorial

  • Deformaciones de la percepción del tiempo y el espacio

  • Alucinaciones

  • Ideas delirantes

  • Euforia

  • Confusión mental

  • Verborrea

  • Hiperactividad

  • Experiencia mística

Tras su consumo, el usuario experimenta los siguientes efectos:

  • Taquicardia

  • Hipertermia

  • Hipotensión

  • Dilatación de la pupila

  • Descoordinación motora


RIESGOS

Riesgos psicológicos Riesgos orgánicos

Las consecuencias más severas del consumo de LSD pueden ser:

  • Reacciones de pánico (mal viaje)

  • Intento de suicidio

  • Reacciones psicóticas

  • Reapariciones de alucinaciones sin que se haya consumido la sustancia (flash-back)

Dado lo esporádico de su consumo, no existen pruebas de daños físicos, siendo en la esfera psicológica donde está la mayor probabilidad de consecuencias adversas.

 

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PSICOFÁRMACOS

Son fármacos depresores del sistema nervioso central con una acción sedante. En la actualidad tienen una especial importancia las benzodiazepinas, que son el grupo de fármacos hipnótico-sedantes más utilizado. El uso de barbitúricos y de otros depresores del sistema nervioso central ha decaído notablemente.

La introducción de las benzodiazepinas se produce en la década de los 60, extendiéndose su uso para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, la epilepsia y otros trastornos (ataques de pánico, abstinencia alcohólica, distonías, etc.).

EFECTOS

Estos fármacos tienen acción sedante y, a dosis altas, todas las benzodiazepinas inducen al sueño, es decir, tiene acción hipnótica. A bajas dosis todas ellas pueden causar sedación diurna.

Las benzodiazepinas suelen clasificarse según su vida media: de larga duración, de acción intermedia, de acción corta y de acción ultracorta.

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos
  • Disminución de la ansiedad

  • Desinhibición

  • Sedación

  • Somnolencia

  • Sueño

Actúan sobre el sistema nervioso central provocando una sedación que va aumentando en función, fundamentalmente, de la cantidad consumida.

Se absorben por vía oral, se metabolizan en el hígado y se eliminan fundamentalmente por la orina.


RIESGOS

Los efectos de la intoxicación aparecen poco tiempo después de haber consumido estos fármacos, produciéndose progresivamente una disminución del nivel de conciencia y pudiéndose llegar al estupor, el coma y la muerte en los casos más graves. Inicialmente se presenta torpeza en la ejecución de tareas motoras, marcha inestable, disartria, somnolencia, etc. Pueden aparecer también alteraciones de la memoria.

Las benzodiazepinas potencian los efectos de cualquier otro depresor del sistema nervioso central (por ejemplo, el alcohol). Estas sustancias pueden desarrollar dependencia. Hay factores que están relacionados con una mayor probabilidad de generar dependencia; entre ellos cabe mencionar el consumo prolongado de dosis altas, factores de personalidad, el consumo de alcohol, etc.

La sintomatología de abstinencia puede revestir diferentes grados de gravedad dependiendo, entre otros, de factores como la dosis y el tiempo que se haya estado consumiendo la sustancia. El cuadro típico más frecuente se caracteriza por insomnio, temblor, irritabilidad, inquietud, agitación y ataques de pánico. Puede haber también alteraciones cognitivas de la percepción y somáticas. En los casos más graves pueden producirse crisis convulsivas. Los síntomas pueden durar de diez días a varias semanas.

 

 

 

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HEROÍNA

Se conoce con el nombre de opiáceos a una familia de sustancias que tienen en común su emparentamiento con el opio, bien porque derivan de él, como es el caso de la morfina, bien porque se elaboran mediante síntesis química a partir de la propia morfina, como es el caso de la heroína (químicamente deacetilmorfina).

El opio se extrae de las cápsulas de una planta conocida en botánica como Papaver somniferum. Es utilizado por la humanidad desde la Antigüedad, existiendo referencias de su consumo que datan de 4.000 años antes de Cristo.

El opio se consumió por vía fumada en diversas zonas de Asia, aunque su gran poder nace a partir del aislamiento de sus diversos alcaloides. Es el caso, por ejemplo, de la morfina, un potente analgésico obtenido a partir del opio, aislado por químicos alemanes en 1806, y utilizado profusamente en la actualidad en contextos médicos. Debe su nombre a Morfeo, dios griego del sueño.

La heroína, conocida como caballo en el argot callejero, ha acaparado durante décadas los titulares de los medios de comunicación en España y la atención de la ciudadanía. En 1973 irrumpió en contextos universitarios españoles, para ir poco a poco extendiéndose hacia colectivos sociales diversos, hasta acabar limitada a ambientes sociales marginales.

La heroína fue sintetizada a finales del siglo XIX por la industria farmacéutica Bayer, en busca de un fármaco que tuviera la capacidad analgésica de la morfina, pero sin su potencial adictivo. Se utilizó inicialmente como terapia frente a la morfinomanía, aunque este uso pronto se abandonó al no mostrar los resultados deseados.

Como ocurre con casi todas las drogas, fue también la contracultura norteamericana la que contribuyó a ensalzar sus efectos, y el estilo de vida característico del yonqui, término actualmente despectivo que dio título en 1959 a la novela del escritor beat William Burroughs.

Aunque hasta mediados de la década de los noventa la vía habitual de consumo era la inyectada, en la actualidad, como consecuencia de la propagación del virus de inmunodeficiencia humana responsable del sida y de otras muchas infecciones, se ha generalizado la vía fumada (hacerse un chino, en el argot callejero).

EFECTOS

Durante el primer tiempo de consumo, los efectos principales de la administración de heroína son los siguientes:

Efectos psicológicos Efectos fisiológicos
  • Euforia

  • Sensación de bienestar

  • Placer (como un orgasmo, en descripción de consumidores)

  • Analgesia: falta de sensibilidad al dolor

  • En los primeros consumos no son raras las náuseas y vómitos

  • Inhibición del apetito


RIESGOS

Es probablemente, junto con el alcohol, la droga mejor conocida entre nosotros. Esto se debe a que la mayor parte de las personas en tratamiento por problemas asociados al consumo de drogas ilícitas han sido, hasta ahora, consumidores de heroína. Sus riesgos más frecuentes son los siguientes:

Riesgos psicológicos Riesgos orgánicos
  • Alteraciones de la personalidad

  • Alteraciones cognitivas, como problemas de memoria

  • Trastorno de ansiedad y depresión

  • Dependencia psicológica, que hace que la vida del consumidor gire obsesivamente en torno a la sustancia

  • Adelgazamiento

  • Estreñimiento

  • Caries

  • Anemia

  • Insomnio

  • Inhibición del deseo sexual

  • Pérdida de la menstruación

  • Infecciones diversas (hepatitis, endocarditis, etc.) asociadas a las condiciones higiénico-sanitarias en que tiene lugar el consumo y al estilo de vida del consumidor


El consumo habitual de heroína genera tolerancia con rapidez, por lo que el consumidor necesita ir aumentando la dosis para experimentar los mismos efectos. Ello explica el riesgo de sobredosis tras un período de abstinencia.

La heroína genera una elevada dependencia, acompañada de un desagradable síndrome de abstinencia (el mono) si se suspende el consumo o se administran dosis inferiores a aquellas a las que el organismo se ha habituado. El síndrome de abstinencia se caracteriza por síntomas como: lacrimeo, sudoración, rinorrea, insomnio, náuseas y vómitos, diarrea, fiebre, dolores musculares..., acompañados de una fuerte ansiedad.

    

    

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OTRAS SUSTANCIAS

El éxtasis (MDMA) es la droga de síntesis más extendida en España. No obstante, hay otras que han aparecido de manera muy tímida en el mercado ilegal del país.

GHB

El GHB es una sustancia depresora del sistema nervioso central que ha sido empleada médicamente pero que en los últimos tiempos se ha introducido en el mercado ilícito del consumo de drogas, donde circula en pequeños botes transparentes. En el argot se le suele denominar éxtasis líquido. Aunque suele creerse que tiene unos efectos parecidos al MDMA, es fundamentalmente una droga depresora. No obstante, puede tener algún efecto psicodisléptico y estimulante.

Esta droga líquida se absorbe por vía oral, aunque se podría emplear por vía venosa (lo que eleva aún más el riesgo de sufrir problemas). Comienza su acción aproximadamente a los quince minutos de la administración. El efecto suele persistir entre 20 y 40 minutos.

El consumidor suele encontrarse sedado, con ligera euforia, aunque lo que busca es el aumento de la sociabilidad y el deseo de comunicación. No obstante, lo que puede aparecer paradójicamente es somnolencia, obnubilación, cefalea, confusión, etc. El GHB puede llegar a producir depresión respiratoria, así como delirio y alucinaciones.

En cuanto a los efectos más graves hay que tener en cuenta que no existe un antídoto, por lo que el tratamiento tendrá que ser sintomático, controlando las constantes y adecuando el tratamiento médico a los síntomas que el consumidor vaya presentando. El síndrome de abstinencia suele caracterizarse por un cuadro confusional, con temblores, insomnio y taquicardia. En los casos más graves puede haber delirios, agitación, ansiedad e incluso alucinaciones.

POLVO DE ÁNGEL

La fenciclidina, polvo de ángel o PCP, se comenzó a fabricar en los años 50 como anestésico intravenoso. A mediados de los años 60, se dejó de utilizar debido a que producía en los pacientes intervenidos agitación, estados de delirio y conductas irracionales.

Se trata de un polvo blanco, cristalino, que se disuelve fácilmente en agua o alcohol. Tiene un sabor amargo distintivo y se puede mezclar con facilidad con colorantes. Se presenta en forma de diversas clases de tabletas, cápsulas y polvos de colores. Por lo general, se usa inhalada, fumada o ingerida.

Los efectos del PCP en el cerebro bloquean la habilidad del usuario para concentrarse, pensar de forma lógica y articular. Ocurren cambios dramáticos en la percepción, los pensamientos y el estado de ánimo. Algunos usuarios experimentan una euforia de leve a intensa, mientras que otros se sienten amenazados por el miedo, la ansiedad o el pánico.

Las personas que usan PCP de forma crónica tienen pérdida de memoria, dificultad para hablar y pensar, depresión y pérdida de peso. Estos síntomas pueden persistir hasta un año después de dejar de usar PCP. También pueden aparecer trastornos emocionales. El PCP interacciona con otros depresores del sistema nervioso central, como el alcohol y las benzodiazepinas, pudiendo incluso poner en peligro la vida.

KETAMINA

La Ketamina es un anestésico disociativo y actúa creando en el consumidor la sensación de estar fuera de sí mismo. Sintetizada en 1962, se utiliza desde los años 70 en medicina y veterinaria para producir anestesia. Su presentación farmacéutica es un líquido inyectable. En la calle se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas. Esta droga puede estar mezclada con cualquier cosa (efedrina, cafeína...).

Los efectos dependen de la composición, el contexto en que se consume, las características corporales de la persona y de la dosis, aunque se han constatado sobredosis aún con bajos consumos. A dosis bajas los efectos se parecen a una borrachera por alcohol o sedantes, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, etc.

Ya a dosis altas puede producirse un viaje psicodélico muy fuerte, pudiendo aparecer delirios y pseudoalucinaciones, perdiéndose la noción de quién se es y de dónde y con quién se está, con pérdidas de la noción del tiempo y del reconocimiento de lo que pasa alrededor. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o se van a morir.

Es, por tanto, una sustancia muy peligrosa. Puede provocar depresión respiratoria, paro cardíado, trastornos de ansiedad, paranoias y su consumo de forma continuada, problemas de memoria, concentración y deterioro de otras habilidades.

La Ketamina provoca una dependencia psicológica muy alta y una rápida tolerancia. Como en otras sustancias, la mezcla con alcohol u otras drogas aumenta las posibilidades de perder el conocimiento, de sufrir una depresión respiratoria y un paro cardíaco. Mezclar ketamina con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar una reacción impredecible y muy peligrosa.

POPPERS

Los poppers son unas drogas recreativas compuestas por nitrito de amilo en la mayor parte de los casos, pero también por otros nitritos, como nitrito de butilo o nitrito de isobutilo. Son líquidos incoloros e inodoros que se administran inhalados y que se presentan en botes de cristal. El nitrato de amilo es una sustancia muy volátil e inflamatoria y nunca ha de ser ingerida porque puede ser mortal.

Esta droga produce estimulación y vasodilatación, efectos que se perciben muy rápidamente. A los pocos segundos de la inhalación se produce una fuerte sensación de euforia, de ligereza, deseo sexual, etc. Los efectos desaparecen enseguida, produciéndose de forma posterior depresión y agotamiento.

Los efectos adversos que se producen con esta sustancia son: enrojecimiento de la cara y cuello, cefalea, náuseas y vómitos, taquicardia e hipotensión ortostática. El popper crea tolerancia y una considerable dependencia física, lo que unido a la breve duración de sus efectos buscados, lo convierte en una droga peligrosa, con un elevado riesgo de intoxicación por sobredosis.

Información extraída de la Guía "DROGAS: + Información, - Riesgos" editada por el Plan Nacional sobre Drogas

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