"Imagina ahora las habitaciones soladas con baldosas
hidráulicas, donde una gruesa cruz azul, que se repite en cada una de
ellas a lo largo y ancho de la estancia, destaca sobre el fondo blanco.
El celador le explica que los colores variaban dependiendo de las
plantas y que una gran reforma, en la década de los ochenta, cambió para
siempre la fisonomía original del sanatorio.
En la sala de estar hay múltiples recuerdos: acuarelas pintadas
durante la convalecencia por los enfermos, sinceras muestras de
agradecimiento de familiares por los cuidados de los enfermeros,
sentidas oraciones grabadas en placas de plata."